“Nosotros ya nos graduamos del Diplomado en Familia y ¿ustedes?”

23 de diciembre 2024

Por Luis Chinchilla

Las familias con todos los frentes de trabajo pueden ser asimilables a una empresa, pues enfrentan decenas de realidades. Por diferentes circunstancias, cambian a diario: economía, crianza de los hijos, enfermedades, situaciones políticas, traslados, migraciones, deudas, perdida de uno de sus miembros, separaciones, entornos sociales y mil temas más surgen como retos.

Conversaciones con alumnos, padres de familia, profesores y directivos del Gimnasio de Los Cerros plantearon, hace más de 10 años, la necesidad de estudiar y de buscar soluciones a muchos casos en los cuales se afectan las relaciones en la vida familiar.

Como objetivo y ayuda concreta a esas realidades, se consideró que era necesario el apoyo de profesionales, expertos en temas familiares, sociología, sicología y hasta medicina. La idea fue madurando y con el apoyo de la Universidad de La Sabana se gestó lo que sería El Diplomado en Familia del Gimnasio de los Cerros.

El paso siguiente fue el de conversar con los padres de familia, y así cada año desde el día de la matrícula, se les informa sobre el Diplomado como un plus del Gimnasio de Los Cerros, sin costo adicional, para fortalecer la calidad de los primeros educadores de sus hijos con el acompañamiento del colegio y de profesionales de la universidad.

Cada quince días, los sábados, durante el año escolar, quienes deciden matricularse, asisten a los diferentes cursos y, además, van realizando su proyecto para presentar al final del curso.

Surgen diversos temas que van desde el crecimiento normal, los entornos sociales, la tecnología, las redes sociales, los tipos de alimentación, las clases deportivas, las virtudes, qué hacer ante el desorden en la casa, cómo enseñar a los hijos a mejorar en sus planes personales y educativos y cómo enfrentarse a situaciones como la Inteligencia Artificial, crisis familiares, y diversos temas más.

Como mentor del Colegio, asistí a algunas sesiones del diplomado para acompañar a los padres de familia, pero un día determinamos con mi esposa Mary hacer el curso completo. Ella tenía mucha ilusión con el Diplomado, hoy desde el Cielo, me acompaña en estas jornadas, a las que sigo asistiendo, ahora coordinando algunas sesiones y actividades.

Hasta el momento se han graduado casi 600 familias, con decenas de historias, proyectos, alegrías, conversaciones y anécdotas.

El resultado adicional de este acompañamiento, en el caso particular de los papás, es que varios quedan con la inquietud de seguir explorando y profundizando profesionalmente temas de familia; además, se vuelven promotores del diplomado con los papás de los nuevos cursos: muchos solicitan también ayuda para crecer y conocer la fe.

De esas inquietudes de formación en virtudes, valores y doctrina, han surgido algunas iniciativas como los “Sábados de Papás”, en el que un sacerdote del Opus Dei da una charla y está disponible para administrar los sacramentos y escuchar a los que lo deseen. El número de padres aumenta cada mes.

También se organizan cursos de retiro en Torreblanca, casa de convivencias cerca de Bogotá. Otra actividad llamada “Jueves de Papás”, atrae especialmente. En esta actividad semanal el primer jueves de mes se dedica a un retiro mensual, en el segundo, se tiene un curso sobre “El papel del Papá”; el siguiente, un “Curso Básico” de formación doctrinal.

También tenemos tertulias, donde predominan los casos curiosos y sobre todo los que tienen que ver con las ocurrencias de los hijos o de situaciones de humor.

Se crea un ambiente que facilita hacer caminatas, practicar algún deporte, aprovechar medios que tiene también el colegio para mejorar académicamente.

En general, se conforma una red de familias que se van apoyando entre sí y descubriendo que, sin importar las circunstancias sociales, económicas, o regionales, los retos, dificultades y crisis, suelen llegar de manera muy parecida. Pero con la experiencia compartida se puede aprender y sobreponerse a cada reto.

Resulta motivante cuando unos padres se encuentran con otros y les comentan: “Nosotros ya nos graduamos del Diplomado en Familia y ¿ustedes?”.

Siempre vale la pena recordar las palabras de San Josemaría, fundador del Opus Dei, quien impulsó a formar a las familias como hogares luminosos y alegres.

Seamos sinceros: la familia unida es lo normal. Hay roces, diferencias... Pero esto son cosas corrientes, que hasta cierto punto contribuyen incluso a dar su sal a nuestros días. Son insignificancias, que el tiempo supera siempre: luego queda sólo lo estable, que es el amor, un amor verdadero —hecho de sacrificio— y nunca fingido, que lleva a preocuparse unos de otros, a adivinar un pequeño problema y su solución más delicada. Y porque todo esto es lo normal, la inmensa mayoría de la gente me ha entendido muy bien cuando me ha oído llamar —ya desde los años veinte lo vengo repitiendo— dulcísimo precepto al cuarto mandamiento del Decálogo. (Conversaciones, n.101)

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