Curso de retiro espiritual del Opus Dei: un respiro para el alma
Un curso de retiro espiritual del Opus Dei es un paréntesis necesario en medio del ruido cotidiano. Es una invitación a detenerse, mirar hacia adentro y renovar la relación con Dios desde el silencio, la oración y la reflexión.
¿Quiénes pueden asistir?
Está pensado para personas comunes, con trabajos, responsabilidades y rutinas intensas, pero que sienten la necesidad de reencontrarse con lo esencial. Asisten hombres y mujeres, en grupos organizados por separado, sin importar su nivel de formación religiosa.

Es un tiempo apartado de la vida diaria, normalmente de tres a cinco días, en una casa de retiro en un ambiente de silencio. El objetivo es reflexionar sobre el sentido de la vida, revisar la propia historia personal y descubrir qué aspectos se pueden mejorar. Es una pausa que ayuda a retomar el rumbo con claridad y decisión.
¿Cómo se desarrolla?
Durante el retiro se ofrecen meditaciones, charlas formativas, momentos de oración personal, Misa diaria, rezo del Rosario y Vía Crucis. Todo se vive en un clima de recogimiento, sin distracciones, para favorecer el diálogo interior. También hay espacio para hablar individualmente con un sacerdote, si se desea.

¿Para qué sirve?
Es una herramienta de renovación interior. Ayuda a examinar la propia vida con honestidad, detectar áreas de crecimiento y tomar decisiones concretas para vivir con mayor coherencia, paz y sentido. No es un evento aislado, sino un punto de partida para una vida espiritual más ordenada y profunda.
¿Qué temas se abordan?
Se medita sobre la relación con Dios, el sentido del trabajo y la familia, la libertad, la vocación personal, la lucha por ser mejor, la vida cristiana vivida con naturalidad y coherencia, y el papel de la Virgen María como modelo de entrega.
¿Qué sucede después del retiro?
Finalizado el curso, muchas personas deciden incorporar en su rutina diaria tiempos de oración, lectura espiritual, confesión regular y dirección espiritual. El retiro no es una meta, sino el comienzo de un camino más consciente y comprometido con la fe y la vida personal.